Un año más la Asociación Cultural Amigos de Alpuente ha querido apoyar y difundir una de las expresiones más actuales de la comunicación visual, con múltiples aplicaciones de repercusión social, a través de un tema arduo como es “el retrato de nuestros mayores”, consiguiendo motivar con su propuesta a los diferentes autores presentados.
A esta edición se han presentado un repertorio amplio de fotografías de diferentes partes de España y algunas del extranjero, con un total de treinta y ocho autores.
En primer lugar agradecer a todos los participantes la acogida e interés mostrado en la convocatoria del III concurso de fotografía digital convocado por la Asociación Cultural Amigos de Alpuente. (ACAA)
Participar en un concurso es dar y recibir algo, ser parte de una estela de comunicación común, como ventana abierta hacia los demás con el fin de manifestar diferentes maneras de percibir y entender el mundo que nos rodea.
La representación fotográfica en claroscuro y color sepia nos presenta una realidad tangible de lo próximo y lo lejano aglutinándose de manera sintetizada. Una evocación a la memoria del tiempo implacable en la cual lo plástico y profundo queda más accesible a los sentidos sensibles del espectador. Captar el instante y el contenido demanda un punto de vista determinado, un gusto y pasión por plasmar el efecto de un momento que puede ser perpetuo.
El fotógrafo Elliot Erwitt decía que “Uno de los resultados más importantes que se puede conseguir con la fotografía es hacer reír. Si además se alterna la risa con las lágrimas como ha hecho Chaplin, se logra la conquista más importante”.
La fotografía es un lenguaje autorreferente del modelo retratado, por ello realidad y representación tienen que actuar como un trampolín, el cual nos permita saltar de una imagen a otra con evolución y proyección.
Nos queda ser pacientes, en espera de que la lucidez del consejo de sabios que ha de juzgar no falle en su veredicto inapelable de valores fotográficos.