¿Un nuevo remedio para una vieja enfermedad? La dieta FODMaP

Viejoparadigma

El viejo enfoque:

Durante años los médicos generalista y los gastroenterólogos que se enfrentaban al reto de diagnosticar a pacientes con síntomas propios del síndrome de intestino irritable y la dispepsia funcional, genéricamente llamados trastornos funcionales digestivos (TFD),  solicitaban pruebas diagnósticas para excluir otras enfermedades orgánicas. Si estas pruebas resultaban normales y no mostraban ninguna lesión orgánica el médico llegaba al diagnóstico de enfermedad funcional, ya sea SII (síndrome de intestino irritable) o DF (dispepsia funcional) . El paciente quedaba en algunos casos aliviado y el médico afirmaba: “usted no tiene nada, esté tranquilo” Pero si el paciente insistía “Pero…entonces estos gases, estos ruidos, estas molestias ¿a qué se deben?” “No se preocupe -afirmaba el médico- Eso son los nervios. Tome estas pastillas

Todo este proceso suponía un largo “via crucis” para muchos enfermos, con largas esperas para obtener cita para realizarse las pruebas y más tarde obtener los resultados  y el diagnóstico del experto.  Y no hablemos del tiempo perdido, del dinero invertido del propio bolsillo o del bolsillo de seguros privados o de la Seguridad Social.

Puente de la ciudad de Bristol donde el Dr Manning desarrolló su trabajo.
Puente de la ciudad de Bristol donde el Dr Manning desarrolló su trabajo.

El nuevo enfoque:

Este panorama cambió de manera radical a partir de 1978 cuando el doctor Manning publica en una prestigiosa revista un artículo intitulado “Hacia un diagnóstico positivo del Síndrome de Intestino Irritable”

¿Qué es lo que se modifica? En el artículo del doctor Manning se resalta una idea básica: Si somos capaces de diagnosticar enfermedades por los síntomas y los signos ¿por qué en el SII tenemos que pedir tantas pruebas? Confiemos en nuestra metodología tradicional y encontremos los síntomas claves o guía que nos orientan hacia el diagnóstico y veamos cuantas veces nos equivocamos. La conclusión del artículo era que siguiendo unos criterios que recibieron el nombre de “criterios de Manning” la posibilidad de error resultaba ser inferior al 2%

En la actualidad la mayoría de médicos de cabecera y gastroenterólogos utilizan dichos criterios para llegar al diagnóstico y en pocas ocasiones tienen que solicitar pruebas complementarias. Sin embargo no todo es blanco o negro y hay un grupo de pacientes que presenta síntomas más confusos o  algún dato de alarma que obliga a una investigación más profunda.

Pero el mensaje final que todo paciente debe tener claro es que NO existe una prueba que demuestre que tienes un síndrome de Intestino irritable. Lo cual no deja de ser irritante para pacientes y para médicos.

sshepherd
La nutricionista Dra Sue Shepherd

 

 

El nuevo tratamiento

Durante años, los médicos hemos utilizado múltiples fármacos para los TFD (trastornos funcionales digestivos SII y DF) con bastante éxito en la mayoría de los casos.  El antiguo paradigma afirmaba que el problema estaba en la «función», en la motilidad. Pero todas las pruebas de motilidad en los pacientes de TFD resultaban normales. Así que años mas tarde surge el concepto de  “hipersensibilidad visceral” La hipersensibilidad visceral se puede objetivar mediante una simple prueba y se demuestra que en los pacientes con TFD está alterada y se comienza a hablar del “Cerebro intestinal” Y ello da lugar a que se utilicen algunos fármacos antidepresivos que ya se habían utilizado anteriormente de manera empírica, sin base científica, pero con éxito. Y más tarde  se comienza a hablar de los alimentos como posibles agentes desencadenantes de los síntomas. Como causa de esa alteración visceral en la que también jugaría un papel fundamental los microrganismos intestinales, lo que hoy denominamos microbiota intestinal o flora intestinal. Y aquí es donde aparecen en nuestra historia la Dra Sue Shepherd y el doctor Peter Gibson.

Dr Prof Peter Gibson. Melbourne. Australia.
Dr Prof Peter Gibson. Melbourne. Australia.

La dieta FODMaP

El doctor Gibson es jefe del servicio de Gastroenterología en el Hospital Monash de Melbourne, Australia y la Dra Sue Shepherd, nutricionista desarrolló su tesis doctoral sobre las intolerancias alimenticias y el sistema digestivo, enfermedad Celíaca, Enfermedad inflamatoria y Sindrome de intestino Irritable. Durante sus estudios comprobaron como una dieta baja en determinados azúcares conseguía mejorar los síntomas de los pacientes con trastornos funcionales.

FODMAP o FODMaP es un acrónimo formado por la iniciales de “fermentables”, “oligosacáridos”, “disacáridos”, “monosacáridos”, “and”,  ”polioles”

En la actualidad existen evidencias obtenidas  a lo largo de estos años que demuestran que una dieta con bajo contenido en FODMaP consigue mejorar los síntomas de los pacientes con trastornos funcionales.

Sin embargo una dieta con bajo contenido en estos azúcares resulta muy complicado llevarla de manera rigurosa durante un tiempo prolongado. Por otra parte mantener esta dieta por un tiempo más allá de ocho semanas puede exponer a los pacientes a carencias importantes de vitamina C o calcio.

En definitiva la introducción de la dieta FODMAP es sin duda un paso importante  en el conocimiento y tratamiento  de una vieja enfermedad. Pero no es el paso definitivo. Los paciente obtendrán mejoría en muchos de sus síntomas, gas, distensión, saciedad precoz, y se podrán liberar de tomar medicamentos pero a cambio tendrán que prescindir de un montón de sabrosos alimentos.

 

Todos estos alimentos contienen azúcares fermentables en mayor o menor medida.
Todos estos alimentos contienen azúcares fermentables en mayor o menor medida.

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