En ocasiones el azar provoca situaciones que podrían parecer diseñadas por una mano mágica del destino. ¿Quién podía imaginar, allá por el año 2013 cuando nos disponíamos a editar el calendario de la asociación del año 2014 «Retratos de nuestros mayores» que Abel , cuya foto se editaba en el mes de Enero de 2015 precisamente por ironías del destino iba a morir en dicho mes? Cuando recibí la noticia de la muerte de Abel estaba en casa de Adela y levanté la vista hacia el calendario que ella tiene de la asociación con la foto de Abel en el mes de Enero.
El pasado sábado se celebró en la Iglesia de Alpuente la misa de «corpore in sepulto» por el eterno descanso del alma de nuestro vecino Abel. Sin duda Abel y su familia son queridas en Alpuente y asi lo demostró el numeroso público congregado en la Iglesia y alrededores.
Mi contacto personal con Abel fue superficial, por razones que no vienen al caso, pero no así con su familia, fundamentalmente a traves de Marisa, Alberto, Marcos y Anabel quienes, por otra parte, mantuvieron con la ACAA una colaboración fluida, desinteresada y altruista.
Reproducimos aquí las palabras de Chelo, nuera de Abel, leídas en el funeral por Jesús Pons:
«Cada persona a lo largo de su existencia puede escoger entre dos opciones: construir o plantar. La diferencia está en que llega un momento en que los constructores terminan aquello que estaban haciendo y por lo tanto su obra finaliza.
En cambio tú Abel perteneces al segundo grupo, plantaste, eres agricultor y como tal has dedicado tu vida a mimar y cuidar tus campos y sobre todo y por encima de todo a la mejor de tus cosechas: tu familia. A la que has entregado todo, tiempo, ayuda, dedicación y amor. Hasta tus últimos días nos has enseñado que la palabra valiente no es solo un adjetivo sino una actitud ante la vida, que no hay que rendirse por miedo a no vencer, que luchar hasta el final nos hace grandes y que no hacen falta las palabras cuando nuestros actos lo dicen todo.
Por eso, Abel, los que tuvimos la suerte de formar parte de tu vida, sabemos que no te perdemos porque te has convertido en parte de nosotros haciéndonos así mucho mejores personas.
Te quisimos, te queremos y te querremos.»
Muchas gracias
Eduardo muchas gracias de todo corazón de parte de toda la familia. Nos ha emocionado mucho. Un abrazo.