Todas las despedidas son siempre triste pero esta es especialmente dolorosa. Decimos el último adiós a nuestro socio Enrique Carabal, una persona apreciada y querida en Alpuente. Trabajó sin descanso por la Asociación sin regatear un minuto de su tiempo. Formó parte de la junta durante los primeros años junto con los socios fundadores hasta el año 2010.
Recuerdo que en la cena que realizamos en Octubre de ese año en homenaje a la junta saliente comenté que Enrique, así como los miembros de la junta saliente, habían dado un ejemplo de compromiso, dedicación y fidelidad. Y así fue a lo largo de toda su vida con su mujer, sus hijos, su familia, su trabajo, con Alpuente y con la Asociación.
A lo largo de los últimos años lo hemos visto luchar contra la enfermedad con una sonrisa en la boca, sin chistar, sufriendo en silencio y ofreciendo lo mejor de sí mismo.
Hace unos meses parecía que la enfermedad había sido vencida pero solo estaba agazapada esperando su oportunidad. Finalmente salió a su encuentro y Enrique la enfrentó con valentía, sin temor pero con dolor. El dolor que toda despedida lleva. Descansa en paz Enrique marido, padre, abuelo, amigo.
Siempre en nuestro recuerdo.
La familia os agradece las muestras de cariño, las emotivas palabras y el aprecio demostrado por todo el pueblo y en especial por su asociación, de la que Enrique formó parte muchos años y que permanecerá eternamente en su corazón. Muchas gracias.