En las postrimerías de la primera guerra carlista, una pequeña partida capitaneada por Arévalo se adueñó del castillo haciéndose fuerte en él, imponiendo su fuerza en todo el término. Arévalo, después de sufrir varios reveses en la comarca, se retiró al castillo de El Collado, si bien ante el avance de las fuerzas liberales, incendió y demolió , impidiendo ser fortificados, masías, iglesias y edificios. No obstante la retirada de Arévalo a El Collado, el castillo de Alpuente seguía en poder de los carlistas.
El general Azpiroz, decidido a la conquista de tan codiciado fuerte, como era el castillo, procedió a los preparativos de su sitio . El 24 de abril de 1840 ocupó la loma de San Cristóbal y procedió a colocar una batería de artillería con la que, desde allí, bombardear el castillo en tanto que las tropas acuarteladas en Titaguas, se lanzaban sobre la Villa en donde los carlistas se habían hecho fuertes. Las tropas liberales ocuparon los arrabales de la población, y los carlistas se vieron obligados a refugiarse en la iglesia y en el castillo, al tiempo que las baterías abrían fuego.
Ante la presión de los liberales, los carlista que se habían refugiado en al iglesia se retiraron al castillo, después de prenderle fuego y destruirla. Al tercer día las compañías liberales habían ocupado el pueblo y proyectaron hacer una mina en el castillo que, ayudados por los paisanos, se abrió bajo la torre del homenaje por su parte posterior. Preparada ésta y haciéndola explotar, estremeció de tal manera esa parte del peñón, que los defensores abandonaron la sección de la torre del homenaje y fueron a refugiarse en su ciudadela.
Aprovechando el impacto causado en los sitiados, el general Azpiroz les intimó a la rendición, Los carlistas comprendieron que sería inútil toda resistencia y accedieron a la capitulación con la sola condición de conservar la vida.
El día 11 de mayo , el gobernador del castillo rindió la armas junto a 22 oficiales y 222 soldados. En el castillo se ocuparon tres piezas de artillería, 250 fusiles y abundantes víveres.
El castillo había sido conquistado y fue un gran éxito, pero la villa y parte de sus aldeas habían quedado en la más espantosa miseria.
Consecuencias
De esta primera guerra se conserva perfectamente detallada una relación de las pérdidas sufridas en los edificios, así del Concejo como particulares. Desde los primeros días de abril en que los liberales prepararon el asedio a la villa hasta el día 28 del mismo mes, en que los carlistas se retiraron al castillo, estos destruyeron en la villa los siguientes edificios:
La Iglesia Parroquial con cuatro campanas, diez retablos de altares el sillón del coro, valorándose la pérdida en 689.000 reales. (28 abril 1840)
La ermita de la Purísima con sus cinco altares y el órgano y la casa del ermitaño, el 25 de abril de 1840. Valorado en 88.000 reales.
El 20 de abril de 1840, el gobernador también mando destruir la llamada casa de la Virgen, a espaldas de la Iglesia Parroquial. Valorada en 3.580 reales. (Debía estar situada y adosada a la subida del castillo, donde todavía se aprecia las escotaduras echas en la roca para sostener las vigas)
Se mandó incendiar la casa Abadía, situada al lado de la iglesia, el 1 de abril de 1840. Valorada en 22.500 reales.
En la misma fecha se destruye también la casa del Coadjutor o Racionero, valorada en 35.000 reales.
El 15 de abril de 1840 , la guarnición del castillo incendió la casa del Cirujano titular, situada en la calle Larga (Tal vez hoy calle La Raga y posible la casa situada en la Pl. de D. Nicomedes y que antes tenía la entrada pricipal por calle La Raga) Valorada en 58.560 reales.
Fue destruida también por efectos de una bomba, durante el sitio del castillo, el casa del médico titular, situada junto a la iglesia. Valorada en 2.200 reales…
Otra casa en el punto llamado el portalico, la del tabernero de la Villa, destruida por la guarnición el 20 de abril de 1840, valorada en 3.500 reales.
. El hospital de la Villa lo incendiaron el 15 de abril de 1840 valorando las pérdidas en 10.900 reales.
La casa destinada a vivir el molinero de la Villa, fue incendiada el 25 de abril, valorada en 3.280 reales.
El 25 de abril del mismo año, la guarnición inutilizó el horno de pancocer perteneciente a los Propios de esta Villa. Valorado en 1.600 reales.
La destrucción que causó en la Casa Consistorial una bomba que cayó durante el mencionado sitio y los desperfectos que se originaron en todas las puertas y archivos del Ayuntamiento al hacerse fuertes las tropas en dicho edificio, todo valorado en 6.240 reales.
Fue tal la devastación que Alpuente sufrió en esta primera guerra carlista, que en la Villa, además de los anteriormente citados, de sus 145 edificios que había, fueron incendiadas 46 casas, 10 corrales, 2 cubos, 18 pajares y las paredes de 11 huertos y cerrados. La destrucción de edificios y bienes no sólo recayó sobre la Villa, sino que también llegó a las aldeas cercanas, quedando excluidas de esta destrucción las más alejadas.