En numerosas ocasiones hemos oído decir que Alpuente ha sido escenario de grandes batallas a lo largo de la historia. El ruinoso estado de nuestros castillos es una clara muestra de la herencia recibida de estas devastadoras guerras, algunas de las cuales asolaron casi por completo sus murallas y torreones.
Pero más allá de las silenciosa historia que nos cuentan las piedras –que todavía hoy en pie desafían al tiempo para dar testimonio de los golpes recibidos–, a poco que desempolvemos el archivo histórico, encontraremos muchas evidencias del legado que nos dejaron aquellos que fueron testigos, presenciales en algunos casos, de su declive estructural.
Un ejemplo son los cuadros y manuscritos que nos recuerdan estos hechos acaecidos, hace ya tantos años en los caminos y montañas de nuestra comarca, que nuestra memoria ha olvidado casi por completo. Obras de arte en las que se representan escenas bélicas ambientadas en contiendas dignas de ser rememoradas por su importancia histórica. Una de estas escenas corresponde al cuadro del que os quiero hablar hoy y que da título al artículo:
“La toma del fuerte del Collado de Alpuente”.
Se trata de una pintura de grandes dimensiones realizada al Óleo en 1900 por el artillero y pintor catalán José Cusachs. En el lienzo se recrea la batalla de la conquista del castillo del Poyo, en el Collado de Alpuente. Conflicto bélico que tuvo lugar los días 17, 18 y 19 de 1875 durante los últimos coletazos de la III Guerra Carlista.
Imagen 1.- Cuadro, “La toma del fuerte del Collado de Alpuente”
Un dato curioso es que el propio artista –por aquel entonces destinado en Valencia–, participó personalmente en la acción como mando intermedio de una batería a cargo del Capitán Don Enrique Pellicer. Su aportación en el asedio y toma de la fortaleza le valió para granjearse el ascenso a grado de comandante por los méritos contraídos en la batalla.
Tardó 25 años en decidirse a pintarlo y cuando lo hizo, rescató de sus viejas libretas de campaña los apuntes tomados durante la batalla para deleitarnos posteriormente con esta obra de arte.
Otro dato anecdótico que rodea al cuadro es que el pintor, José Cusachs, aparece representado en el centro de la imagen. Figura en un segundo plano para no destacar su protagonismo sobre el resto de sus hombres, a los que quiso resaltar por su esfuerzo y anonimato.
En la escena se muestra a sí mismo, montado a caballo, dirigiendo la operación con apariencia de tranquilidad y transmitiendo confianza a su ejército, el cual avanza a duras penas por el camino pedregoso y lleno de obstáculos que asciende con gran pendiente hacia la cima de la loma de la Moratilla. Su objetivo es el castillo del Poyo, ocupado por las tropas carlistas al mando de Don Heliodoro Cervera, el cual se había hecho fuerte en el antiguo castillo del collado de Alpuente. Una fortaleza prácticamente inexpugnable por su enclave geográfico y difícil de batir por la artillería enemiga de esa época.
Lo que no se cuenta en el cuadro es que el regimiento subió a brazo, 4 piezas desmontadas KRUPP largas de 8 centímetros. Estos cañones de fabricación alemana, alcanzaban unos pocos kilómetros, lo suficiente para lanzar sus proyectiles hasta el fuerte y acertar en un blanco con escasa pero infalible precisión.
Esta acción les ocupó cuatro horas y media según los partes de la época y resultó crucial para la posterior rendición de los asediados en el castillo. En la pintura se puede apreciar en primer plano a los artilleros cargando una de las piezas de artillería desmontada y un poco más adelantados a la derecha de la imagen, algunos soldados con espardeñas de fibras naturales, empujando las enormes ruedas de los cañones.
El camino por el que suben a la loma, deja ver la vegetación típica de la zona, de monte bajo en los ribazos y pedregales en las laderas de la montaña. Al fondo entre una cortina de niebla y nubes y con un poco imaginación, seguramente veremos el pico de Javalambre con restos de nieve todavía en la cumbre.
Pero más allá de estas breves reseñas sobre el cuadro o los detalles que hayan podido apreciar a través de las imágenes presentadas, si la lectura de este artículo les ha suscitado una pizca de interés, les animo a que acudan a contemplarlo en persona, al museo histórico militar de Valencia.
El cuadro mide 175 x 197cm y está depositado en la pinacoteca de la primera planta del Museo de historia Militar de Valencia, situado en la calle C/ General Gil Dolz, nº 6, junto al Paseo de la Alameda.
Frente al cuadro han situado una vitrina en la que podemos encontrar algunos objetos, que nos ayudan a contextualizar la época del conjunto pictórico:
Imagen 2.- Vitrina a pie del cuadro de José Cusachs
El contenido de la vitrina ha sido facilitado por el Museo Histórico Militar. En su interior podemos encontrar los siguientes artículos:
Un sable de empuñadura y hoja negras y otro con restos de dorado, como el que lleva el Sargento.
Una tercerola Remington nº 1033 “RG 1873” fabricada en Oviedo, como las que cargan los artilleros a la espalda.
Una carabina Remington s/n con cañón dorado, modelo carlista (fabrica de Eibar o Placencia de las Armas). La mira es adicional de un modelo americano.
Un fusil s/n con inscripción en cañón “F. de Vicente Acha 6 P.A.”
Un fusil s/n con caja damasquinada e inscripción en cañón “CAÑÓN BERNARD”
Una boina carlista.
Caja con munición de plomo para fusil Remington: Son originales de 1889 y no propiamente carlistas (los de punta dorada son posteriores a la época carlista)
Y por último un revólver Eibarrés, nº 6634 como el que portaría el capitán al cinto.
Si continuamos andando por el piso superior del museo, un poco más adelante, en la sala 16, nos encontraremos en el interior de una vitrina vertical de madera, la bandera de combate tradicionalista de 1850 que ondeaba en el fuerte durante la conquista. Se conserva en un excelente estado. Está restaurada y conserva el escudo y las letras bordadas originales.
Imagen 3.- Bandera de combate tradicionalista carlista
En ellas se puede leer con total claridad (transcripción literal):
Círculo Lejitimista
Puebla de Vallbona
DPR
Las obras de arte nos cuentan historias y este cuadro no es una excepción. Nos relata una batalla en la que las tropas vencedoras, tras un asedio de tres días, arrebataron el fuerte del Collado a los carlistas y dieron fin a su efímera hegemonía. Si el final de esta batalla hubiera sido otro, la escena y el autor probablemente también hubieran sido otros.
George Orwell dijo que la historia la escriben los vencedores, pero en cualquier caso, con lo que quiero que se queden, es que Alpuente fue el escenario de esta batalla, que hay un cuadro que nos describe en primera persona cómo se desarrolló y que ganara quien ganara… el resultado fue como en cualquier guerra: muerte, destrucción.
Adjunto la web del museo por si quieren acercarse a dar un paseo por sus instalaciones o ampliar la información.
http://www.ejercito.mde.es/unidades/Madrid/ihycm/Museos/valencia.html
Las imágenes mostradas en este artículo han sido cedidas por el museo histórico militar de Valencia exclusivamente para la web de la ACAA y su revista, por lo que no podrán ser reproducidas ni utilizadas para otro fin.
Los artículos representados en las imágenes y a los que se hace referencia, pertenecen en su totalidad al fondo del museo histórico militar de Valencia.
Por último quiero agradecer al museo, así como al Coronel Director, la cesión de las imágenes.
Tanto si os ha gustado el artículo, como si no, decídnoslo. Saber vuestra opinión nos ayuda a mejorar.
Reciban un cordial saludo,
Carlos Pérez Recio
Vocal ACAA