A estas fechas, es pública y notoria mi decisión de abandonar la junta de la ACAA, y dimitir como presidente de la Asociación.
Éstas razones las expliqué ampliamente, primero a los compañeros de la junta directiva, y después, en la Asamblea Ordinaria del dia 29 de Agosto, cuya acta, se publicará en breve.
La Primera es el cansancio. Necesito pasar el testigo.
Entré en la junta hace unos 10 años, en un momento, creo que bajo para la asociación, con ganas de cambiar su situación y hacerla crecer, aportando ideas, trabajo, e ilusión.
Así surgieron y se desarrollaron varias iniciativas, algunas de ellas con notable éxito, como el senderismo, que este año ha cumplido su novena edición, o la recuperación de algunos juegos tradicionales, como las birlas o los aros, y la puesta en marcha y dirección de nuestra revista «La Taifa de Alpuente», que ahora cumple unos 5 años con su número 10, un especial sobre las fiestas patronales.
Estos diez años han supuesto para mí, asumir la responsabilidad de éstas actividades, y por tanto, estar presente en la mayoría de ellas, dedicando una buena parte de mi tiempo, primero con la presidencia de D. Alfredo Cuevas, y después con la de D. Eduardo Escartí.
También han supuesto la satisfacción personal, el reconocimiento y la amistad de mucha gente, que ha valorado el esfuerzo, con lo cual me considero pagado y afortunado.
Reconozco y agradezco el trabajo, de muchos de los compañeros de la junta, que han colaborado y han hecho posible éstas actividades.
Me ofrezco como colaborador externo, a la nueva junta, que espero y deseo surja de la próxima asamblea extraordinaria, para dar continuidad a éstas actividades, pero quiero recuperar mi espacio personal y ser dueño de mi tiempo, especialmente en Agosto, como cualquier otra persona.
La segunda causa que me hace dimitir o cesar en la junta, es la pérdida de ilusión, la falta de ganas de seguir, o mi baja motivación.
A ello han contribuido varias acciones, acaecidas en los últimos meses:
Mi poca experiencia, a la hora de gestionar o repartir el trabajo que supone el desarrollo de las actividades, puestas en marcha, y realizadas por la asociación. Ésto ha supuesto un reparto muy desigual de las tareas, entre los miembros de la actual junta directiva. No es tarea fácil, ya que cada miembro de la junta tiene unas obligaciones y un grado de implicación distinta hacia la asociación.
Una cierta imprudencia, o falta de información por mi parte, a la hora de manifestar públicamente mis opiniones escritas en la web, sobre un tema, en que la asociación ha tenido un papel relevante, tal como el Himno de Alpuente, y en el que se han visto involucrados los festeros de 2014, y el Ayuntamiento de Alpuente. En ambos casos he rectificado mi postura, y considero cerrado el tema.
Pero no oculto, que ésto ha ocasionado una reacción en contra mía y de la Asociación, en mi opinión exagerada o inapropiada. Me refiero a las amenazas (en privado), de denuncia por difamación, hacia mi, por parte de la alcaldesa, sobre el tema del himno en la Web.
Cabe sumar algunos actos desagradables, como, que un día alguien arranque el cartel de las birlas, (para rogar que no se aparque en el campo de juego), y retuerza y rompa las barras que soportan el cartel.
Todo ello, ha generado, a mi entender, además del correspondiente revuelo de comentarios, un cierto desprestigio hacia la asociación, al menos en algunos círculos de opinión, por lo que se hace conveniente o necesario un cambio en la dirección.
Mi intención, cuando en la asamblea extraordinaria de la asociación, celebrada en Noviembre de 2013, accedí, al no haber otra alternativa, al cargo de presidente, sucediendo a Eduardo Escartí, y formé un equipo nuevo para la junta, era dar continuidad a la asociación y hacer lo necesario para evitar el principal problema de ella: La sucesión en los cargos de representación, aunque para ello hubiese que modificar de nuevo los estatutos.
Me marque un plazo de dos a tres años, pero creo que en éste momento, por las circunstancias expuestas, la situación no ha mejorado, más bien al contrario.
La asociación la formamos hoy unos 225 socios, adultos, mayores de edad, y capacitados para asumir cargos de responsabilidad, la mayoría de la villa, pero también hay más de 40 socios de las aldeas. Las últimas incorporaciones son de gente joven, con estudios, con vitalidad y creo que con ganas de hacer cosas por Alpuente.
Desde estas líneas, apelo a la responsabilidad de todos los asociados, y os invito a sumaros a la junta, para hacer posible la continuidad de la asociación.
Alpuente necesita a la Asociación Cultural. La Asociación Cultural te necesita a tí, ahora.
Un Cordial Saludo.
Salvador Rubio