Crónicas senderistas

     Es fundamental tener un objetivo en la vida, aunque no siempre la meta es lo más importante, sino el propio camino.

¿Pero qué es el camino? Podemos caer en el error de pensar que es un sendero entre árboles o un lecho de tierra pedregosa que nos lleva hasta un claro del bosque o una fuente en medio del monte. Pero el camino es algo más. Una experiencia en la que compartes un pedacito de ti con un grupo de personas, desconocidas en algunas ocasiones, donde se forjan amistades y se intercambian vivencias.

Por eso no hay dos caminos iguales. Y aunque recorramos juntos el mismo sendero, cada uno lo viviremos de una forma diferente.

El programa de rutas que la ACAA ha preparado este año no habría sido posible sin la colaboración de nuestros guías. Esos voluntarios a los que tenemos que agradecer su tiempo por enseñarnos un trocito de su aldea y acercarnos no solo a esos rincones escondidos de la comarca, sino a sus historias y en algunos casos, ilustrarnos con la fauna y la flora autóctona. ¿Pero qué sería del camino sin los caminantes? Queremos dar las gracias a todos los amigos, que no han sido pocos, que nos habéis acompañado estos días y agradeceros también la paciencia que habéis tenido en ocasiones.

Estaría genial que nos dijeseis qué cambiaríais de esta actividad, si quitaríais o añadiríais algo, si la distancia os parece bien, si los días elegidos, martes y viernes, son adecuados, si la hora de salida es apropiada, si ampliaríais el calendario de rutas, en fin, nos gustaría tener vuestra opinión para poder mejorar el próximo año. Por ejemplo, una sugerencia que nos ha llegado hoy: terminar la última ruta con una cerveza fresca. Esa me la apunto para el año que viene.

Tras estas breves reflexiones del que escribe, que ha pasado unos estupendos ratos entre vosotros, os dejo los enlaces a las fotografías que hemos tomado durante el verano de 2019. Espero que os gusten.

Ruta de Campo de Arriba, guía Gustavo

https://www.instagram.com/p/B00W44Ki3IP/?igshid=1vbeinbzerf9p

Ruta de La Veleta, guía Manolo

https://www.instagram.com/p/B0-gyyYh5KL/?igshid=mhu3cxew5bfo

Ruta de La Cuevarruz, guía Pepe

https://www.instagram.com/p/B1HFSDpCP4I/?igshid=12zqvhauht2px

Ruta de Alpuente, guía Carlos

https://www.instagram.com/p/B1OLVWeh9CH/?igshid=h7jzkoek847e

Ruta de La Almeza, guía Javier

https://www.instagram.com/p/B1YvDpVhXWc/?igshid=17oidkpq18o5d

Ruta de Baldovar, guía Álvaro

Carlos Pérez Recio

Tesorero ACAA

Concierto de Verano

Sociedad Músico Cultural La Yesa-Alpuente

Crónica de la actuación de la Sociedad Músico Cultural La Yesa-Alpuente.

10 de Agosto de 2.019

Lugar: Casa de la Cultura de Alpuente.

Haz sonar música en una habitación vacía y pronto se llenará de gente atraída por sus sentidos. Y es que la música no sólo llena el silencio sino también auditorios y en nuestro caso, la casa de la cultura de Alpuente.

Una vez más, la Sociedad Músico Cultural La Yesa-Alpuente nos amenizó con un repertorio actualizado y magistralmente interpretado:

Fandango Fantasy, The Show must go on, The best of ABBA, Y lo sabes, Eurovisión, La venda, Los Rodríguez (popurrí), The Beatles in concert, Extremoduro.

De nuevo la batuta del director Alberto Ayter Ballester danzaba su coreografía musical en el aire, para que los músicos, a través del sonido de sus instrumentaos nos trasladaran a lugares lejanos, donde solo las canciones nos pueden hacer llegar. Desde la comodidad de mi butaca me sigue sorprendiendo el mérito de estos chicos y chicas, algunos muy jóvenes, otros que vienen desde muy lejos, pero todos con un objetivo común: formar parte de este proyecto para dar vida a la magnífica banda instrumental.

Esperamos que continúen su labor para que nosotros, los que nos sentamos al otro lado del escenario, podamos seguir disfrutando año tras año de su talento, ya que el esfuerzo y la dedicación tienen su recompensa a través del aplauso del público.

Por último, quisiera agradecer al director, al presidente, Francisco José Cubel Rodríguez y secretaria, Consuelo Pérez Herrero, así como a todos los músicos que forman parte de la banda que nos hicieran partícipes de este magnífico concierto de verano. Esperamos que estas colaboraciones entre la Sociedad Cultural amigos de Alpuente y la Sociedad Musico Cultural La Yesa-Alpuente continúen muchos, muchos años más.

Reciban un cordial saludo,

Carlos Pérez Tesorero de la ACAA

Excursión a la Veleta

Llegó la hora de amanecer, pero el sol no apareció tras el castillo de Alpuente. En su lugar, una espesa y oscura niebla que subía desde Arquela se acercaba rápidamente engulléndolo todo a su paso.

Encabezando la niebla, como surgido del averno, apareció una horda de esqueletos cabalgando a lomos de caballos envueltos en llamas. Los senderistas, que esa noche reían alegremente en la cima de la veleta, dejaron de reír y comenzaron a gritar y correr presos del pánico en la oscuridad.

Cristóbal, alertado por el estruendo de los caballos, se encaramó a un banco de piedra de la antigua ermita y divisó la enorme nube de polvo que levantaban los cascos al galopar. Se apresuró a coger el caldero y comenzó a preparar, tan rápido como pudo, el conjuro para ahuyentar el mal.

Mientras removía y recitaba los versos en voz alta, sus ojos no perdían de vista al enemigo fantasma que cada vez estaba más cerca. Podía sentir el resoplido de los caballos en su piel cubierta de sudor, pero continuó con su brebaje pese al horror que se apoderaba de su cuerpo. El conjuro se acercaba al final. Apenas titilaba una débil llama en el caldero y pronunciaba los últimos versos del conjuro, cuando de repente se vieron sorprendidos por la furia de sus atacantes. Los excursionistas más lentos eran devorados entre gritos de dolor por los caminantes de la muerte. Los que conseguían huir de sus voraces fauces se despeñaban por el acantilado hasta acabar con sus huesos destrozados sobre las calles desiertas de la Villa. La sangre se mezclaba con la tierra formando un lodazal de muerte. Los miembros mutilados se amontonaban a los pies de Cristóbal.

Por fin, acabó de recitar su conjuro y la llama se extinguió. En ese momento notó un fuerte golpe en la cabeza y cayó inconsciente.

Al cabo de un rato se despertó y abrió los ojos. El sol lucía en el cielo como si nada hubiera pasado. El ejército del infierno había desaparecido, al igual que la niebla y los senderistas.

En la Veleta solo quedaba él, un caldero vacío, y un viejo buitre acechando desde el cielo.

Carlos Pérez Recio
Microrrelato preparado para la excursión nocturna a la Veleta

Premios concursos 2019

A continuación, os relacionamos los premios que se van a entregar en los diferentes concursos y competiciones que tenemos en marcha.

  • Fotografía:
    • Ganador: 100€
    • Accésit (de índole local y siempre que el ganador no sea alguien afincado en Alpuente): 50€.
  • Dibujo:
    • Categoría de 0 a 4 años: libro adecuado a su edad y material de dibujo.
    • Categoría de 5 a 8 años: libro adecuado a su edad y material de dibujo.
    • Categoría de 9 a 12 años: libro adecuado a su edad y material de dibujo.
    • Categoría de 13 a 16 años: libro adecuado a su edad y material de dibujo.
  • Relatos:
    • Adulto:
      • Ganador: 100€
      • Accésit (de índole local y siempre que el ganador no sea alguien afincado en Alpuente): 50€
    • Infantil: libro adecuado a su edad y juego de mesa.
  • Farolillos:
    • Adulto: lote de productos de la zona.
    • Infantil: juego de mesa.
  • Birlas:
    • Adulto: lote de productos de la zona.
    • Infantil: juego de mesa.

Comunicado Oficial de la Junta Directiva de la ACAA

Ante la información aparecida en la página de facebook de la Asociación Cultural Amigos de Alpuente, la Junta Directiva declara que:

1- No se hace responsable de las opiniones vertidas por socios y público en general en los medios de los que tienen acceso.

2- Declara que la utilización del nombre de la Asociación Cultural Amigos de Alpuente para tratar asuntos de índole política no aporta beneficio alguno a la propia asociación, a los socios, a los vecinos y al municipio en general.

Saludos.

En memoria de la Tía Consuelo, por Salvador Martí

Decía un antiguo al que llamaban Parménides, que todo permanece y que lo que es no puede dejar de ser. Por contra, otro pensador, Heráclito, sostenía que nada es igual que antes, pues todo es cambio; un constante y eterno devenir. Yo creo que ambos tenían algo de razón.

El 28 de marzo del presente año, la tía Consuelo, nuestra querida yaya, murió. Murió como vivió, intentando no molestar, con discreción. Se fue suavemente, como una amable brisa que de pronto cesa.

Era mayor, cierto, ¡95 inviernos completados! También es cierto que de un tiempo a esta parte, su llama, poco a poco, se estaba apagando. Sin embargo, sé que ella hubiera deseado vivir más tiempo para seguir viendo crecer a los más pequeños y para conocer a la nueva biznieta que pronto iba a llegar. Ella quería vivir, porque amaba a la vida. Pero la vida, en su inexorable curso, se la ha llevado.

Trato ahora de suavizar el dolor pensando en que las personas vienen y se van, mecidas por esa corriente de la que nada ni nadie escapa, como parte de un devenir contra el que nada podemos hacer. Trato de asumir que es la misma naturaleza dándonos su lado más feo. Ley de vida, como dicen. Flaco alivio, digo yo.

Pero por no darle solamente la razón a Heráclito, diré que algo sí permanece, en especial cuando se trata de personas que, como ella, han dejado a su paso tan hermosa y brillante estela.

De ella permanecerán los bellos recuerdos y el eco de sus palabras; la fuerza vital y desbordante que todavía siento tan cerca. Permanecerán las creaciones que nacieron de sus manos, las cuales guardamos como los tesoros que son.

Sí, ella permanecerá, en todos y cada uno de los que tuvimos la fortuna de ser algo suyo. Aun con todo, la vamos a echar mucho de menos.

Salvador Martí Debón

In memoriam: Eufrasio Martínez

Marina y Eufrasio: en sus años mozos en Alpuente

Cuando perdemos a un ser querido no hay consuelo para nuestra pena. Y es que deja un vacío en nuestras vidas que nada ni nadie es capaz de ocupar. Desde hace días la pérdida de Eufrasio Martínez ha abierto una “agujero” en el corazón de Marina, su esposa, su hijo, sus nietas, familiares y amigos que han compartido su vida  y sienten ese vacío, esa ausencia.

Si quisiera resumir en una palabra a Eufrasio diría que fue un hombre bueno. Cuando le conocí en mi etapa de presidente de la Asociación él ya llevaba jubilado bastantes años e iniciaba la década de los ochenta. Su rostro, su forma de hablar y comportarse irradiaban un halo de paz y de bondad y recordaban la imagen de recio hidalgo castellano.

Recorrió la geografía española de norte a sur de este a oeste. Su infancia y juventud no fue fácil. Como no lo fue para esa generación que le tocó vivir una guerra civil y una larga posguerra donde el hambre apretaba las carnes y aguzaba el ingenio. Una generación donde el trabajo infantil no era explotación sino supervivencia. Nació en 1928 en Tubilla del lago, Burgos, a pocos kilómetros de Aranda del Duero y Burgo de Osma, donde está la Farmacia más antigua de España.

Con apenas 19 años ingresa en el cuerpo de la Benemérita y el joven Eufrasio es destinado a Alpuente. Allí conoce a una joven de ojos claros, Marina, que le inyecta el mal de amores y que sería su compañera, esposa y madre de su hijo Luis. Dos años más tarde el Cuerpo demanda sus servicios en Torrevieja y allí se va el joven enamorado con el corazón partido entre la Serranía y la costa. Finalmente la joven pareja decide contraer matrimonio en la Iglesia de Alpuente.

Con el grado de comandante

En 1973 su carrera profesional sufre un nuevo ascenso al ingresar en la Academia Especial de la Guardia Civil. Sin embargo eso supone un nuevo traslado en esta ocasión al País Vasco precisamente en los “años de plomo” cuando ETA se mostró más cruel y sanguinaria.

En 1982 se jubila con el grado de comandante y se reencuentra con Alpuente. Rehabilita o mejor se construye una casa con vistas a la sierra y a la hermosa vega de Alpuente. Allí disfrutó la última etapa de su vida en compañía de su hijo Luis, sus nietas, y su mujer. Una etapa dulce y llena de hermosos recuerdos.

Por aquellos años se fundó la asociación cultural amigos de Alpuente de la que formó parte activa como socio fundador y como vicepresidente.

Con su hijo Luis, en Alpuente, en la última etapa de su vida

De Eufrasio podemos decir que disfrutó de una larga vida, intensa y repleta de buenas obras. ¿Qué más se puede pedir? Nada de esto servirá de consuelo ni para Marina ni para Luis, sus nietos o sus seres queridos. Pero gozó de una vida plena que supo aprovechar hasta el último minuto incluso cuando la naturaleza comenzó a borrar sus recuerdos. Nosotros como alpontinos, como miembros de la ACAA, estamos en deuda contigo Eufrasio y te damos gracias por todo lo que hiciste por nosotros, por la asociación  y por Alpuente.

Siempre en nuestro recuerdo.

Con sus queridas nietas


La Taifa de Alpuente nº 15

Con un poco más de retraso del esperado, pero ya hemos subido a la web el número 15 de nuestra revista La Taifa de Alpuente. Recordad que este número se repartió entre todos los socios durante el pasado mes de agosto, y lo enviamos por correo postal a todos aquellos que habían pagado la cuota pero no vinieron a recogerla. Esperamos que todos aquellos que no la había leído, disfrutéis tanto de ella como nosotros confeccionándola.

Podéis leerla haciendo a través del siguiente enlace: La Tafia de Alpuente nº 15

Aprovechamos para haceros saber que ya estamos en plena faena de confeccionar lo que será el número 16. Todo aquel que quiera colaborar, puede enviar sus escritos a la dirección de correo electrónico revista.acaa@gmail.com. Tenéis para ello hasta el 31 de mayo. recordad también que el artículo no debe sobrepasar las 5 páginas en el formato estándar de word. Así mismo, os recordamos que no formateéis mucho el texto, solo lo necesario para distinguir las diferentes secciones, pues, posteriormente, nosotros adaptaremos el formato a l de la revista.

Historia, leyendas y mitos

Como todos sabéis, todos los pueblos han tenido entre sus tradiciones el contar historia. Siempre evocamos la imagen bucólica de un grupo de gente reunido a la luz del fuego de una chimenea, en la que la persona más anciana del lugar contaba historias de pasados lejanos ya olvidados. Este hecho, común en la antigüedad, servía para mantener viva la tradición de una civilización, además de ser un intento de explicar lo que acontecía en el mundo de entonces, con la peculiar visión y creencias que existían en aquel momento. Así, diferentes historias y leyendas poblaron el imaginario de todos los pueblos. Alpuente, como cabe suponer, no fue distinto al resto de pueblos de la humanidad. Todavía recuerdo a mis mayores contarme historias que tuvieron lugar en la zona, algunas verídicas, o todo lo verídicas que podían ser, y otras más cercanas a la fantasía.

Desde la Asociación Cultural Amigos de Alpuente, tenemos la intención de recuperar esas historias e intentar recogerlas en un libro, para que las generaciones futuras puedan saber de ellas igual que me ocurrió a mi. Pero, para eso, necesitamos recurrir a vosotros para que nos ayudéis. Nuestra propuesta es que nos enviéis a nuestro correo electrónico (amigosdealpuente@gmail.com) todas aquellas historias, leyendas y mitos que se contaban en Alpuente. No nos referimos solo a que nos indiquéis cuáles son. Lo que nos gustaría es que cogierais papel y boli o vuestro teclado de ordenador, y las escribierais vosotros. Una vez nos las hicierais llegar, nosotros las corregiríamos, y nuestros profesionales de la escritura (tenemos unos cuantos) intentarían darles un toque más literario. Con ellas, confeccionaríamos un libro que las recogiese todas. Así que ya sabéis, desempolvad vuestra memoria, preguntad a vuestros mayores y mandadnos esas historias que divertían e instruían a niños y mayores en el pasado.

Aprovechamos también para dar nuestro agradecimiento al Aula de Respiro y al SES del IES la Serranía de Alpuente, pues cuando acudimos a ellxs para que nos ayudaran en este proyecto, aceptaron de forma inmediata.

Cualquiera que tenga alguna duda al respecto, puede escribirnos a nuestro correo electrónico, y nosotros intentaremos solventársela

En memoria de Mercedes Herrero

Escribir sobre el fallecimiento de una persona siempre es muy difícil, sobre todo cuando esa persona se ha llevado consigo un pedacito de tu corazón. Por esta razón se me hace un nudo en la garganta al redactar estas líneas y es que Mercedes era una de esas personas que cuando las conoces te atrapan para siempre con su increíble personalidad. Aquellos que la conocían, que eran muchos, saben de qué hablo.

Noventa y un años, dan para muchas historias, algunas alegres, y otras no tanto, pero Mercedes siempre les daba la vuelta y veía el lado positivo.

Si me pidieran que resumiera en una sola palabra cómo la recuerdo, les diría sin dudar un solo segundo: generosidad. Porque no he conocido otra persona que lo ofreciera todo sin esperar nada a cambio. Aunque también era valiente, luchadora y siempre tenía unas increíbles ganas de vivir. En cada momento sacaba la fortaleza necesaria para afrontar los momentos duros que el destino ponía en su camino, haciendo que lo imposible pareciera fácil. Y después de todo, todavía le quedaban energías para sonreír y lo más importante: contagiar su sonrisa a los que la rodeaban.

Me consta que vivió cada día como deseaba, FELIZ, porque se sentía querida y arropada por su familia. Para ellos, un fuerte abrazo.

Carlos Pérez Recio