Seguro que muchos seguidores de la web conocéis los molinos de Alpuente.
Que yo sepa, al menos han sido seis los molinos que ha tenido Alpuente desde la época medieval hasta nuestros días. Una buena prueba del potencial productivo de Alpuente en cereales, la mayor parte de ellos para consumo propio, desde épocas remotas.
Si mi memoria no falla, Los molinos son, en orden de aparición por el reguero:
1º El Micero, 2º Las Eras, 3º La Hoz o La Villa, 4º La Bomba, y 5º La Hortichuela. A ellos hay que sumar el molino eléctrico de La Almeza, que merece capítulo aparte por su importancia y conservación.
Las aldeas de arriba utilizaban preferentemente el Molino de El Micero, situado en los primeros barrancos que surgen en nuestro preciado reguero, río que nace en la aldea de El Collado, baja hacia El Hontanar, pasa por las faldas del cerro de Corcolilla, y tras atravesar el plano conocido como «Prao la Puente», entra en el barranco de El Micero, donde está situado el molino. Posteriormente el reguero continúa su curso por «La Pedriza», atraviesa el acueducto de Los Arcos, y se dirige hacia Las Eras, Alpuente, La Hortichuela, Campo de Abajo, Arquela y Tuejar, donde vierte aguas al Túria.
De alguno de éstos molinos apenas quedan restos, como es el caso del que hubo en el barranco del reguero, conocido como El Molino de La Bomba, situado detrás del castillo de Alpuente.
De él queda parte de la balsa en que se recogía el agua, y el túnel redondo por donde bajaba, con un salto de unos pocos metros, suficientes para mover los álabes de la turbina, que a su vez hacían girar la piedra para moler el grano. Según contaba Mariano Hernández, fué destruido en dos ocasiones por las riadas, la última y definitiva en la década de 1910.
Tampoco al de Las Eras le ha ido muy bien, pues tras el abandono a partir de los años setenta, sus propietarios lo vendieron al ayuntamiento, que no tuvo mejor ocurrencia que derribarlo para construir en su solar la balsa de decantación de aguas residuales para Las Eras y la nueva urbanización.
En estado muy ruinoso se encuentra el de La Hortichuela, situado unos centenares de metros aguas abajo del de La Bomba, regentado por la familia Cuevas, hasta 1947. Queda el edificio con el tejado hundido y parte de la vivienda e instalaciones interiores.
Bastante mejor está el de La Hoz o de la Villa, visible desde el pueblo, pero sin posibilidad de acceso, por lo peligroso del sendero, que parte desde detrás de la ermita de La Purísima, cuyas piedras fueron llevadas a la fuente del castillo, así como las del molino de Las Eras se llevaron a la entrada del museo Etnológico de La Villa.
Por último, El Molino de El Micero, regentado antiguamente por Nazario de Corcolilla, ha sido restaurado y reformado por sus herederos para convertirlo en vivienda vacacional desde hace unas décadas.
En próximo artículo abordaremos el molino eléctrico de La Almeza, que merece especial tratamiento por su importancia y valor.