Este año, queremos poner en valor, la Rosa del azafrán, para felicitaros la Navidad.
Cómo antaño, por la mañanica, pronto, antes de salir el sol, con la cestica de mimbre o paja se sale de casa a recoge la flor del azafrán.
Allí está ella, entre los hilos de plantas verdes, morada, esbelta, desafiando al sol y al frío, y en su corazón esos filamentos rojos… Las manos quebradas del duro trabajo del campo, se deslizan con mimo para no dañarla. Se presiona el índice y pulgar para arrancarla con cuidado y acostarla en la cesta, tapando con los pétalos, los pistilos.
En casa se huele, por las noches, el azafrán.
Primero, las manos, como si estuvieran haciendo bolillos, van desmondando la flor y se ponen a secar los filamentos. Pasados dos o tres días, se tuestan sus «hilos» con mucho mimo, y se guarda, como «oro en paño» para usarlo en los guisos de días especiales.
Desde la Asociación Cultural Amigos de Alpuente, os deseamos unas ¡ ¡MUY FELICES FIESTAS!!… y un!¡¡PRÓSPERO AÑO NUEVO!!!