Ya tenemos prácticamente acabado, a punto para imprenta, el próximo nº 9 de la revista.
Os adelantamos uno de los artículos de éste número sobre uno de los juegos tradicionales más arraigados en nuestro pueblo y aldeas:
JUEGOS TRADICIONALES: LA PELOTA A MANO O DE TRINQUETE. Por Salvador Rubio Cubel
Los tiempos cambian, las costumbres y los juegos también.
Los que ahora tenemos más de 50 años de edad, hemos visto como las costumbres, los juegos, y los trabajos han ido cambiando a lo largo de las últimas décadas.
De niños en Alpuente no teníamos agua potable ni desagues en las casas, hasta que a finales de los años 60 se creó la red de suministro de aguas potables y desagues.
Era muy raro ver coches, sólo había mulos, y burros, los primeros coches fueron el Biscuter del médico D. José Chirivella y el seiscientos de Pepe el secretario, ambos estaban casi siempre aparcados en la Plaza de la Villa. El primer tractor se compró poco después, entre unos cuantos vecinos, formando una cooperativa o asociación agraria, ya a finales de los años sesenta.
Del mismo modo, muchos de los juegos tradicionales, la mayoría juegos de calle, incluso los más arraigados, como era el caso de la pelota de trinquete, eran abandonados y se sustituían por otros.
En los años sesenta, eran habituales las partidas de pelota, al salir de la escuela o en los ratos libres, normalmente dos contra dos, a veces uno contra uno, durante los fines de semana y fiestas tradicionales, se jugaban partidas y torneos en verano, en el trinquete adosado al antiguo ayuntamiento, que usaba la pared de la alhama como lienzo frontal y la casa – bar de Mariano y la pared de la sala de juntas del ayuntamiento, como lienzos laterales. En los torneos, participaban los mozos y chavales de La Villa y las aldeas, y en alguna ocasión Aras , Titaguas y La Yesa.
Las pelotas se compraban (El tío Lucio y Miguel el turronero de Titaguas las vendían), o se hacían en casa, con un núcleo de goma maciza o de tiras de neumático, trapos, hilos, forrado y cosido a mano todo ello con piel de conejo o de oveja curtida. Hay diferentes tipos de dureza, según el gusto de los jugadores. Cuanto más dura, más duele al golpearla, y más se hincha la mano y se castigan los nudillos.
El Trinquete era el centro neurálgico de la villa, después trasladado al polideportivo. Los niños y jóvenes lo usábamos para un sinfín de juegos: fútbol- sala, frontón, los santos, pies quietos, escondite, etc.
Trinquete del polideportivo de Alpuente.
Me escribe unas notas Blas Jabaloyas, con unas fotos del trinquete de Las Eras. “Ya se ha borrado la fecha de su construcción, todavía está colgada la valla metálica para evitar que las pelotas se fueran por lo alto. La peculiaridad de este trinquete era que el piso era todo de cinglo, picada la piedra lo mejor posible para que botaran bien las pelotas. Yo recuerdo que había pozos bastante grandes. Allá por el año 1987 cuando se asfaltaron las calles de Las Eras se le echó piso de cemento. Si vas a Baldovar, el frontón aquel también está muy bien y todavía tiene el año de su construcción puesto en la piedra principal”. (FOTO 1)
Según Justiniano Martínez, “ en Corcolilla, en el año 1911 (aún está patente la fecha), vaciaron a pico una mola rocosa, y aunque el lugar de la aldea es angosto, por estar pegada al monte que llamamos El Cerro, encontraron espacio para construir este pequeño pero útil y agradable trinquete que ha sido testigo perenne de nuestros expansivos juegos”. (FOTO 2)
Continua explicando Justiniano: “ En las otras aldeas también tenían su trinquete. En El Collado y sirviendo de paño la fachada de su correspondiente edificio, se jugaba y se baqueteaba con la pelota, en La Cuevarruz también lo había, en el Campo de Arriba uno bastante aceptable, y en Alpuente había uno más que razonable, y que fue palenque de muchos y muy buenos pelotaris. Baldovar también tenía uno bastante apañoso”
Ya a mediados de los años setenta, se puso de moda el frontón, relegando y sustituyendo poco a poco a la pelota. Se jugaba con raqueta, y con pelotas de goma, ya no se hinchaban las manos al golpear la pelota con la raqueta, en vez de usar directamente las manos. Se construyó el frontón del Polideportivo, otro en Baldovar, otro en Campo de Arriba, otro en El Collado, El Hontanar, …
Actualmente el frontón es junto al fútbol sala, el principal deporte que se practica en las ciudades y pueblos. En verano se siguen naciendo torneos, al menos en Baldovar y en el polideportivo de Alpuente – Las Eras.
Por el año 1975, se jugaron en el polideportivo de Alpuente, en el frontón, las últimas partidas de pelota a mano, recuerdo una final en especial entre Ernesto Hernández y Demetrio de Alpuente contra Nicolás y Víctor de Campo de Arriba. Las partidas habitualmente eran a 21 tantos. Se jugaban dos partidas y si había empate, una tercera y final. Alguna vez se jugaba partida única de 31 tantos. Foto 3 + foto4
En épocas anteriores, hubieron grandes jugadores de pelota, según contaba en un relato manuscrito dirigido a la alcaldesa Dª Amparo Rodríguez, publicado en Agosto de 2008, en el nº 8 de la revista Aldeas de Alpuente, Justiniano Martínez, de Corcolilla, explica: “Por los años 1920 hubo una competición en Aras. El equipo de Alpuente, con su destacado líder, un tal “el Cuco, “, a la cabeza, ganaron la competición con gran contundencia y ventaja, eso sí con las manos maltratadas, hechas una lástima, pero con un merecido y prestigioso triunfo deportivo. Entre los campeones más destacados, y que dejaron huella y fama deportiva, además del ya mencionado Ángel el Cuco, recuerdo a Agustín y su hermano Vicente, “Los Torres”, Florentín “El Romo”, Aurelio “El Cabo” de Baldovar y Manuel “El Carlos”, de Corcolilla. No me puedo acordar de los muchos que destacaron en el juego de la pelota, nombraré a los que tengo en la memoria, por ejemplo “el sordico del Campo, Amadeo Rubio y Gratiniano Collado, de Corcolilla, “El Pequetilla” del Hontanar, José Vicente Rubio “el Panojo” de Titaguas, y Alfredo “el Royo” de La Yesa, eran también de lo mejorcico.
Continúa Justiniano: “Me viene a la memoria el desarrollo de las partidas que se basaban en los reglamentos, que eran varios, los que regían esas flamantes competiciones. La más empleada era la partida de 18 tandas en dos partes. La primera de nueve, un descanso breve, otros nueve y final. Solía haber revancha, había empare, se jugaba una tercera, la definitiva y final”.
En la actualidad, en Alpuente este deporte ha caído en el olvido. Sería un reto importante para la asociación, junto con el colegio e instituto, el Ayuntamiento y la Consellería volver a ponerlo en vigor en Alpuente y en la comarca de La Serranía, tal como se ha venido haciendo con éste y otros deportes autóctonos como el raspall, la escala i corda, la galotxa…, que han resurgido en otros pueblos y comarcas valencianas, como por ejemplo Paterna, gracias a las escuelas deportivas municipales, que enseñan estos deportes a niños y jóvenes. No olvidemos que forma parte de nuestro patrimonio cultural. Sabemos que en el nuevo instituto, se construyeron mini- canchas para enseñar estos deportes en la escuela, pero parece que no se han usado.
También la federación valenciana de juegos y deportes tradicionales, debería contribuir a éste objetivo, en colaboración con las entidades antes mencionadas.
Fotos: Trinquetes de Corcolilla y de Baldovar