Mañana sábado es la VIII Jornada Paleontológica en Alpuente

Mañana sábado en nuestro pueblo se celebra un año más la Jornada Paleontológica que va por la VIII edición. Es un día repleto de actividades en el que niños y mayores pueden disfrutar al máximo de los dinosaurios de Alpuente.

Para esta edición, desde el Ayuntamiento y la Oficina de Turismo han organizado visitas al Museo Paleontológico, visitas al Aula de Recuperación Paleontológica, una conferencia, talleres para niños y como novedad, la Visita a una Excavación Paleontológica.

Todas las actividades serán gratuitas pero es necesario inscribirse previamente en la Oficina de Turismo de Alpuente, quien esté interesado lo puede hacer mediante correo oficinaturismoalpuente@hotmail.com o llamando al 96 210 12 28.

Una gran iniciativa que año a año se supera con éxito, que permite disfrutar de un día en Alpuente y conocer el rico patrimonio de nuestro pueblo a los que lo visitan y a los propios vecinos de la Villa y de todas las aldeas.

 

 

Calendario 2013 también por internet

Ya está disponible el calendario de nuestra asociación para el año 2013. Como sabes, está realizado con una selección de fotografías del II Concurso de fotografía digital de nuestra asociación. Cuenta con el calendario lunar y lleva indicada las fechas de las fiestas de Alpuente y cada una de nuestras aldeas. Además, es muy útil al poder escribir notas dentro de cada día.

Los beneficios obtenidos por la venta de calendarios irán destinados a sufragar los gastos derivados del III Concurso de fotografía digital que tendrá 350€ en premios como es habitual.

Este año además, lo ponemos también a la venta por internet. Puedes comprarlo aquí mismo haciendo click en «Comprar ahora» y pagarlo de forma segura a través de PayPal con cualquier tarjeta aceptada. Además incluímos unos gastos de envío para que puedas recibir cómodamente en tu domicilio el Calendario 2013 de Alpuente realizado por nuestra asociación.





Nueva exposición en VINALESA

Consuelo Gunzález, vecina de Corcolilla, y  Elvira Ferrer,  de la  Villa de  Alpuente, participan, junto con otros artistas de distintas disciplinas en la exposición  que se inauguró el pasado martes 9 de Octubre en el Espai Cultural LA NAU, detrás del Ayuntamiento de Vinalesa .

En ella podemos ver una selección de pinturas de ambas artistas, junto con otras obras pictóricas, escultóricas y cerámicas, que completan esta interesante y recomendable exposición.

La obra estará expuesta hasta el próximo dia 21 de Octubre.

 

Exposición «fusión confusión»

El pasado 5 de Octubre tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Alboraia la inauguración de la exposición de pintura «Fusión Confusión». En esta exposición participa la artista Elvira Ferrer, junto a Consuelo González y Claudia López. Elvira es una vecina de Alpuente que ha encontrado en la pintura un lenguaje para poder expresar ideas y sensaciones que no sería posible de otra forma. La obra, parte de dos elementos de la naturaleza como son la tierra y el mar y a través de los colores consigue fusionarlos en un final entrópico donde cada pincelada forma parte del mensaje que nos quieren transmitir. Os animo a visitarla porque estoy seguro que os gustará. Y si tenéis ocasión, escuchad de boca de los autores el mensaje que nos gritan a través de su pintura.

Saludos,
Carlos Pérez

Relato: «De nuevo una sonrisa»

El primer golpe no lo vi venir. Fue directo a la cara. La fuerza con que descargó su pesada mano me derrumbó al suelo. Intenté levantarme. No para enfrentarme a él, sino para huir. Pero fue más rápido que yo. Cuando estaba de rodillas en tierra me cogió del suéter y me levantó con fuerza. Lo siguiente que hizo fue empujarme contra la pared. Nuevamente caí al piso y después de eso, lo ya demasiado habitual últimamente. Un conjunto de golpes, patadas y puñetazos contra mi persona. Todo eso lo acompañaba de insultos como puta, desgraciada, zorra y un sinfín más que salían de su boca como si de perdigones disparados por una escopeta se tratasen.

La verdad era que ya debería estar acostumbrada. Cada vez eran más habituales las palizas. Por cualquier cosa, una puerta mal cerrada, la cena cinco minutos más tarde de lo habitual, una mirada de soslayo que no le gustase… Daba igual, cualquier motivo era suficiente para que descargara su ira contra mí. Pero esta vez… esta vez… la razón no la conocía.

Había llegado borracho, como todas las noches desde hacía unos meses. Entró en la casa gritando porque, según él, unos jóvenes con los que se había cruzado se habían reído de él. Yo, como siempre hacía, le discutí sus palabras, argumentando que la razón de sus risas sería otra. Que los jóvenes tendrían mejores cosas que hacer que ir riéndose de todo aquel con el que se cruzaban. Parecía que con todo lo que había recibido no aprendiera y como siempre, volví a cometer el mismo error. Él no dijo nada, se mantuvo en silencio. Pero cuando me volví para seguir con mis tareas, descargó el primero de lo que sería la paliza más virulenta de toda mi vida.

Al principio no era así. O quizás era yo la que no quería darse cuenta de su verdadera forma. Muchos me habían avisado de la persona que podía llegar a ser. Pero la verdad era que yo sólo veía sus gestos y atenciones hacia mí. En nuestra época de noviazgo fue amable y cariñoso. Parecía un caballero victoriano que se desviviese por atender a su dama. Me abría todas las puertas, me arrimaba la silla, me arropaba siempre que lo necesitaba, me defendía ante cualquier incidente… todo lo que hacía parecía ser poco, pues él siempre quería tenerme más feliz.

Después, cuando nos casamos, algunas atenciones desaparecieron repentinamente, como si ya no hiciera falta contentarme. Ocurrió la misma noche de bodas. La típica llegada en volandas al dormitorio no tuvo lugar. Otras llegaron después, hasta que al final nos vimos forzados a convivir, como si fuéramos dos compañeros de habitación que no se llevaran bien, pero que estaban condenados a tratarse.

Y, finalmente, llegaron los golpes. La primera vez fue una pequeña bofetada, de la cual se arrepintió enseguida. Pero con el tiempo, las peticiones de perdón por cada golpe desaparecieron, hasta que al final sólo me daba palizas de cuando en cuando. Con el paso del tiempo se volvieron más a menudo, hasta casi recibir una o dos por semana.

Entonces ocurrió algo. Quedé embarazada de lo que sería mi primer hijo. Por aquella época, mi persona fue hecha presa de un miedo terrible. Temía que con algún golpe pudiera perder el feto y abortase. Pero ocurrió todo lo contrario. La noticia de la llegada de un niño pareció apaciguar sus ansias por pegarme y durante los meses del embarazo y unos cuantos más después del nacimiento de nuestro primer hijo, no recibí ni un solo golpe.

Yo estaba feliz, pues creía que todo había acabado. Que a partir de entonces seríamos una familia normal, sin palizas, sin gritos, sin disputas. Sólo él, yo y nuestro hijo. Pero ese tiempo pasó, y un buen día, los golpes regresaron. Parecía que su vida se fuera en pegarme, pues con el resto de personas era el hombre más amable del mundo.

Entonces volvió a ocurrir. Una nueva vida se gestaba en mi interior. Esta vez sería una niña y de nuevo volví a sentirme feliz, porque durante algún tiempo volverían a cesar los golpes. Cuan equivocada estaba. Por algún extraño motivo continuó pegándome. Nunca supe en que se diferenciaba este momento del primero. Quizá fuera precisamente eso, que esta situación ya había ocurrido antes. Él parecía apaciguarse ante las nuevas circunstancia, y esta no lo era. El resultado lo sufrió la niña, padeció una malformación en uno de sus pulmones, ocasionada por un golpe que recibí en el útero.

Nunca supe porqué aguantaba sus maltratos. En el fondo pensaba que me quería, que era algo más que un simple objeto para él, y en el peor de los casos, que me merecía cada golpe recibido, como a veces él decía. Pero llegó un día en que no pude aguantar más y busqué ayuda en mis padres. Su postura fue clara, querían que lo denunciara. Y así lo hice, muchas veces, pero de nada sirvió. La sociedad actual aún nos consideraba esclavas del hombre y el presente aumento de maltratos a mujeres no conseguía hacer nada para que la gente se diera cuenta de que esto no podía continuar.

Muchos decían que se debía al aumento de la inmigración, sobre todo de personas venidas de países subdesarrollados o en vías de hacerlo. Decían que el bajo grado de educación que habían recibido era la causa de esta ideología machista y que para solucionarlo se debía enseñar a la persona desde niño. Pero lo cierto era que personas que se consideraban dignas y honorables en nuestro país también seguían teniendo creencias retrógradas. Mi esposo era agente de la ley, un sargento de la policía nacional. Conocía las leyes, había tenido una buena educación, y aún así, me maltrataba.

Las denuncias no hacían más que aumentar su ira, por lo que al final siempre las retiraba. El tiempo fue pasando, y con él, las palizas. Mi cuerpo ya no lo aguantaba, mi espíritu tampoco. Y un día tomé una decisión drástica. Cogí a los niños y huí de casa. No sirvió de mucho pues al cabo de unas pocas semanas me encontró en la de mi hermana. Fue a buscarme hasta allí, exigiéndome que volviera a casa, donde estaba mi lugar. En otro tiempo me lo habría pedido, pero ahora sólo ordenaba. Lógicamente mi respuesta fue una negativa.

Él no se dio por vencido y me amenazó con denunciarme por abandono del hogar y secuestro de nuestros hijos. Efectivamente, días después llegaron a la casa unos policías con una orden de arresto. La misma ley que denegaba mis peticiones de ayuda le amparaba a él, aunque la victima fuera yo. Se aprovechó de la situación y prometió quitar la denuncia si volvía con él. Así que lo hice.

Pero esta noche sobrepasó su propio límite. La paliza que me propinó me envió directa al hospital. Fue necesario operarme de urgencias, pues una de sus patadas me reventó el estómago. También consiguió romperme un par de costillas y me llenó la cara de moratones. Mi cuerpo parecía estar lleno de tatuajes sin forma alguna, debido a las innumerables marcas de golpes, arañazos y demás heridas que se juntaban con las ya cicatrizadas de anteriores palizas.

Los médicos habían conseguido estabilizar mi situación, pero aún así estaba muy grave. Necesitaba respiración asistida, y múltiples goteros perforaban mis venas en un intento de suministrarme todos los medicamentos que precisaba para mi recuperación. Los restos de anestesia que todavía circulaban por mi organismo no ayudaban a mejorar mi aspecto pues me encontraba en un estado de sopor extraño.

Pero aún así, tenía razones para alegrarme. En la cama de al lado de la habitación en la que me encontraba estaba él. La razón era muy simple. Los niños estaban dormidos cuando él llegó. Pero cuando empezaron los golpes, ambos se despertaron. Los dos intentaron ayudarme. Primero procurando evitar que su padre me pegara, después, suplicando que parara. Pero nada conseguía calmarlo y los golpes continuaron.

En un momento del que nadie se percató, el mayor salió de la habitación en la que nos encontrábamos y entró en nuestro dormitorio. Al cabo de unos minutos regresó con un arma en la mano, una pistola que mi marido guardaba en una caja fuerte en el rincón más oscuro del armario. Desconozco como consiguió la contraseña. Amenazó a su padre con disparar si no dejaba de pegarme. Él no hizo caso. Después de unos segundos de vacilación la criatura disparó contra su padre y la bala le alcanzó en el pecho. Sólo cuando cayó desplomado al suelo dejó de darme golpes.

Cuando la policía y los servicios de urgencias llegaron, nos encontraron a ambos en el suelo. Mi marido todavía respiraba cuando se lo llevaron. También lo operaron de urgencias, como a mí. Pero la intervención no pareció ser tan exitosa como la mía. En algún momento que no conseguía recordar, oí a uno de los médicos decir que no saldría con vida de lo sucedido.

Ese hecho no me alegró después de todo. No porque sintiera lo que le estaba pasando en estos momentos, sino porque sentía todo lo que había pasado hasta entonces. Sentía el haberme casado con él, sentía haber perdonado la primera bofetada, sentía no haber sido más valiente cuando debí serlo, sentía… sentía muchas cosas, pero no que estuviese en sus últimos minutos.

En cuanto a mi hijo, algo dentro de mí me decía que no me preocupara, que todo iba a salir bien y que no le ocurriría nada malo. Y así fue, pues con la actual legislación, la ley del menor lo amparaba. Pero eso no lo sabría hasta algún tiempo después. Ahora sólo pensaba en una cosa, en todas aquellas veces que perdí la sonrisa, hasta el punto de olvidar como se producían. Jamás pensé en volver a tener una. Fue un sentimiento agradable, de placer, cuando ocurrió. Pero también eso tardaría un poco en suceder.

La noche pasó despacio. Los medicamentos que me habían suministrado no consiguieron que me relajara, por lo que no logré dormirme. Por el contrario, me dejaron en un estado deplorable, pues parecía una drogodependiente que necesitase su dosis de metadona para subsistir. Entonces ocurrió. El monitor que marcaba las débiles pulsaciones cardíacas de mi marido emitió un largo y estridente pitido. Fue entonces cuando sucedió el milagro. Mis labios se curvaron en una horrible mueca que lejos estaba de parecer una sonrisa. Pero eso es lo que era. Después de tanto tiempo, de nuevo una sonrisa afloraba a mis labios. Poco tiempo tardó la enfermera en venir a apagar el monitor. Sólo entonces conseguí dormirme y descansé como nunca lo había hecho hasta entonces.

by-nc-nd (1)

¡Por fin! Calendario 2013

Ya tenemos el esperado Calendario 2013 con las fotos seleccionadas del II Concurso de Fotografía Digital. Hemos intentado que el formato sea igual de elegante y práctico que el del año pasado y hemos incluido un pequeño detalle que el año pasado se nos escapó: las fases de la luna. Esto es sin duda importante siempre pero lo es mucho más en el medio rural.
Por otra parte se han señalado todas las fiestas más tradicionales de las Aldeas y de Alpuente y se ha incluido como el año pasado el mes de Enero de 2014 y la convocatoria del III Concurso de fotografía digital con las bases.
El precio está todavía por determinar pero esperamos venderlo al mismo precio que el año pasado, unos 4 euros. A cada uno de los autores cuyas fotos han sido seleccionadas se les entregará un ejemplar gratuito.
Publicamos algunas de las fotos seleccionadas.

Convocatoria III Concurso de Fotografía Digital 2013

La Asociación Cultural Amigos de Alpuente convoca por tercer año consecutivo un concurso de fotografía digital en el que pueden participar todos los autores que lo deseen. Las únicas limitaciones son como se señala en las bases atenerse al lema y a las bases del concurso. Este año bajo la dirección de nuestro vocal Antonio Debón el lema es “Retrato de nuestros mayores”
Publicamos aquí el cartel diseñado por Elías Debón con la convocatoria y las bases del concurso. Estamos seguros que un año más los artistas de nuestro municipio nos sorprenderán con sus obras.
El plazo termina en mayo del 2013 y como otros años con las fotos seleccionadas realizaremos una exposición en el salón de actos de Alpuente y publicaremos un calendario con las mejores fotos.
Ánimo y comenzar ya a diseñar vuestras fotos y escoger vuestros modelos

BASES del III Concurso de Fotografía digital:
1.-Podrán participar todas las personas que lo deseen y de cualquier nacionalidad siempre y cuando sean mayores de edad.
2.-La temática del concurso versará sobre “Retratos de nuestros mayores” Entendiendo como mayores personas de más de 60 años de nuestro entorno rural.
3. El primer premio estará dotado con 200 euros de premio en metálico, el segundo premio con 100 euros y el tercero con 50
4.-Con las fotografías seleccionadas la Asociación realizará una exposición en Alpuente. Se informará a los autores a través de nuestra web de la fecha, hora y lugar donde tendrá lugar la exposición
5.-Cada participante presentará un mínimo de dos fotos y un máximo de tres. Las fotos se presentarán en formato JPG con suficiente calidad para ser ampliadas y reproducidas en papel. Las fotografía deberán haberse realizado a lo largo del año 2012 y 2013. Las fotografías se presentarán en blanco y negro o en color sepia. Quedan excluidos los montajes fotografícos y los tratamientos digitales de la imagen.
6.-El jurado será designado por la ACAA presidido por su presidente o persona en quien él delegue formado por personas expertas en el arte y en el mundo de la cultura. No podrán participar en el concurso los miembros de la junta. El fallo del jurdo será inapelable.
7.-Las obras deben dirigirse al correo concursoscaa@gmail.com. La fecha límite de la entrega de los trabajos será el día 31 de mayo del 2013 a las 23:59. Los autores deberán indicar, nombre completo, dirección, DNI, teléfono y título de la fotografía.
8.-La Asociación Cultural convocante se reserva el derecho de utilización y difusión de los trabajos seleccionados. Por el hecho de participar los autores se comprometen a no reivindicar los derechos de reproducción de las obras. Las fotografías pasaran a ser propiedad de la ACAA con todos los derechos inherentes a esta condición.
9.-El hecho de participar implica la aceptación de las bases del concurso.
10.-Con una selección de las fotos expuestas la ACAA confeccionará y editará un calendario de años 2014

La Vendema

Autor: Aurelio Pinazo

La “vendema” es como se conoce coloquialmente en Alpuente a la vendimia. La palabra no está recogida en el Diccionario de la Real Academia ni siquiera existe en Google, el buscador donde uno encuentra los términos más insospechados en pocos segundos.

El cultivo de la vid no ha sido  un cultivo extensivo ni siquiera tradicional como los es el cereal en el término municipal de Alpuente y su introducción como cultivo lo fue hace no demasiados años. Carles Rodrigo en su libro “La Serranía: Análisis  geográfico comarcal” señala que “la vid es uno de lo cultivos tradicionalmente implantados en la comarca…( de los serranos y) presente en parte de ella al menos desde la época de los romanos” Sin embargo en Alpuente el cultivo tradicional ha sido el cereal y la vid fue implantándose con posterioridad y ligado a explotaciones familiares de pequeño tamaño y en tierras poco aptas para el cereal o de baja calidad.

Así pues la “vendema” en Alpuente al contrario que en otras zonas de España no precisa de importación de mano de obra y son los núcleos familiares y allegados quienes se encargan de la misma. Solo algunos pocos que tienen, o tenían,  propiedades de varias hectáreas precisaban contratar mano de obra para llevar a cabo la recolección. Antiguamente la vendema era manual y eran las aldeas las que fijaban la fecha de la vendimia y se llevaban “las cargas” de uva a los cubos hechos de cal y canto donde se fermentaba el mosto. Los cubos se tapaban con tablones para que al fermentar el mosto no rebosara. Previamente la uva se trituraba o se pisaba por los “pisadores” que llevaban una alpargatas nuevas de esparto. Todo este proceso ha cambiado y desde los años sesenta con la implantación de nuevas tecnologías el proceso tradicional ha quedado obsoleto.

La recogida de la uva es un trabajo duro en el que todos los brazos son necesarios  y cualquier ayuda es siempre bien recibida. En la actualidad la recogida todavía se hace mayoritariamente de forma manual aunque existen ya algunos cultivos de vid en espaldera preparados para la recogida mecanizada.  Durante una o dos semanas todo el pueblo se moviliza con tractores  y remolques para la recogida de la uva que se transportan a la cooperativa donde se inicia el proceso de transformación.

En estos últimos años , desde el 2009, una directiva europea subvencionó a aquellos que arrancaban la vid. De tal forma que en la Cooperativa de Alpuente en el año 2005 se pesaron tres millones de kilos de uva y el año pasado apenas 600.000 esperándose para este año, por la sequía,   alcanzar a duras penas los 400.000 kilos

Parte de estos “caldos” irán a parar a otras bodegas de la comunidad,  parte serán embotellados y recibirán la denomicación de vinos del alto turia.

En la actualidad la vendimia y la elaboración de vinos en Alpuente, después de la drástica reducción del cultivo debido a las subvenciones para arrancar la vid,  ha pasado a ser una actividad económica residual. En otras regiones como Utiel, Requena donde tal vez porque existía una mayor tradición de elaboración de vinos poco a poco se ha ido implantando una industria que comercializa vinos de calidad, de marca o de autor y que se ha convertido en un factor dinamizador de la economía local y de prosperidad para la zona.

En Alpuente se han producido algunos intentos aislados de determinadas personas, que a imitación de otras zonas vinícolas de Valencia, han promovido vinos locales de calidad.  Sin embargo los resultados han sido hasta la fecha escasos e irregulares.

Autor: Pilar Herrero
Seleccionada para el calendario 2013

La Ermita de la Purísima de las Eras

La ermita Septiembre 2012
Imagen de la Ermita en la actualidad
Septiembre 2012

 

Quienes y cual fue el motivo por el que se construyó la Ermita de la Purísima no ha quedado reflejado en ningún documento que tengamos constancia. En el libro de don Valeriano, punto de referencia para cualquier investigación, “Alpuente y la Santísima Virgen de la Consolación” se señala que fue reconstruida hacia comienzos del 1700 pero la ermita ya debía existir porque había sido utilizada como hospital a finales del siglo XVII en tiempo de pestes. En deliberación de 1683 se determinó “quitasen los sirvientes que había en el Hospital de la Purísima y se pongan otras persona, que sirvan bien y con caridad” Junto a la ermita además existía un huerto y la vivienda del ermitaño.

Es posible que la razón inicial de la construcción del edificio no fuera únicamente religiosa pues fue utilizada como Hospital en un principio, y los hospitales los gestionaban los monjes que vivían en conventos. Por qué se construyó, en qué fecha y quien la financió no hemos podido investigarlo. Seguro que existe en alguna parte algún documento donde se explique la razón por la que se erigió y cuanto tardó en construirse.

Los más viejos del lugar, Carmen Ramos, de 92 años, madre de Blasa, recuerda que en las Eras se celebraba “La fiesta” en la Ermita y que tenía ermitaño, el tío Nicolás, que además de cuidarla, vivía allí y actuaba de enterrador. Esta información la completa Ramiro Rochina, primo de Carmen Ramos que afirma que más tarde fue Miguel Santiago y Loreta los que actuaron como ermitaños. Sin embargo la vivienda fue deteriorándose y al final se mudaron a vivir a Baldovar.  El hecho es que desde los años sesenta en la Ermita de la Purísima no se ha vuelto a celebrar culto y la Ermita ofrece en la actualidad un aspecto en su interior descuidado y lamentable.

Valeriano Herrero en el mencionado libro hace referencia a un artículo de Lluch Garín publicado en “Las Provincias” el 6 de Agosto de 1966 y  la describe como un bello edificio donde todavía se conservan los restos de un viejo reloj de sol junto a la ventana rectangular del frontispicio. En el interior “la bóveda de cañón está policromada así como la rica decoración de las pilastras y los arcos de medio punto”

Junto a la ermita existe un anexo, donde estuvo la vivienda del ermitaño, ya demolida, y allí a mediados de los años setenta, tal vez, 1976 y siendo Alcalde, Miguel Herrero Cebellán, el consistorio decidió construir un almacén para descargar el trigo, pesarlo y cargarlo en los camiones. Permaneció como almacén de trigo hasta que se liberalizó el precio del mismo y es utilizado en la actualidad por el ayuntamiento.  Los vecinos de las Eras hace años formaron una comisión que restauró el techo de la Ermita y que sin duda consiguió frenar el deterioro del edificio y su ruina. Sin embargo en la actualidad todo el conjunto muestra un aspecto descuidado y francamente mejorable.

Crónica de Libros: «Tlaxcala. El aliado de Hernán Cortés»

“Tlaxcala. El Aliado de Hernán Cortés”.  Novela

Autor: José María Buceta

He de confesar que siento por la figura de Hernán Cortés y la conquista por parte de este del Imperio Mexica una especial fascinación. La historia comenzó hace ya muchos años cuando cayó en mis manos la biografía de Hernán Cortés escrita por Salvador de Madariaga, nada menos que en 1941. Esa obra está hoy agotada y no creo que sea fácil encontrarla de no ser una librería de lance o recurriendo a una biblioteca de préstamo.

La obra objeto de esta crónica la encontré por casualidad en la librería del aeropuerto de Valencia y me sorprendió por su título porque en efecto, y este detalle ha sido poco resaltado en las biografías de Cortés, Tlaxcala fue un fiel aliado de Hernán Cortés y sin su colaboración muy probablemente la conquista del imperio Mexica no hubiera sido posible. Se trata de una novela histórica, tan del gusto de nuestros días, y que suele cosechar numerosos lectores.  Y por lo tanto mezcla ficción y realidad. Los hechos están bien documentados y aparte licencias del  género que el lector puede identificar plenamente,  nos sitúa bien en el escenario.

El autor, José María Buceta, es profesor de la UNED y especialista en psicología del deporte. A lo largo de la obra el lector descubrirá cómo el autor se siente deslumbrado por la figura de Cortés y la singular colaboración de su intérprete y amante doña Marina o “La Malinche”, cómo Cortés consigue que Diego Velázquez le encargue la misión exploratoria del continente y cómo cuando este se arrepiente y  le ordena a Cortés que entregue el mando con qué habilidad Cortés consigue zafarse de la autoridad de Diego Velázquez. La obra es una introducción muy valiosa para aquellos que deseen iniciarse en el complicado e intrincado mundo de la conquista de México. El libro es ameno, se lee fácilmente y hace referencia a varios libros fundamentales para el conocimiento de aquellos hechos. El primero de ellos la obra de Bernal Díaz del Castillo y las “Cartas de Relación” del propio Hernán Cortés.

Como crítica señalar que aporta bien poco a la historia que es motivo del libro, Tlaxcala y la conquista de México, el relato intercalado que trascurre en nuestros días y que lo único que hace es distraer la atención del lector del tema principal: Hernán Cortés. Sin duda el autor se ha servido de este “truco” literario para introducir una serie de reflexiones muy acertadas, en mi opinión, sobre cómo se ve en México la figura de Hernán Cortés y como se percibe en México el mundo precolombino, además de resaltar la capacidad de liderazgo que sin duda tuvo Cortés para transformar un proyecto de exploración en una obra de conquista de un mundo nuevo y desconocido con un reducido número de hombres. En mi opinión esta historia sobra, sirve para bien poco, y el autor podría haber recurrido a un epílogo o a un prólogo para resaltar todos estos aspectos  que sin lugar a duda son relevantes para la historia de la conquista de México.

En resumen un libro ameno, de fácil lectura y que sin duda hará que más de uno se interese por ampliar sus conocimientos sobre la vida de Hernán Cortés y la conquista del imperio mexica. Y por último un reproche para la editorial, el precio 28 euros , parece excesivo pues aunque el libro está muy bien presentado, tiene mapas y figuras, libros de autores consagrados con un formato similar pueden encontrarse por poco más de veinte euros.